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viernes, 28 de agosto de 2009

Abandonando el lado oscuro.

Hace unos días pensaba que era más sencillo escribir la tristeza que la alegría, la agonía que la esperanza, y el negro que el verde, tenía la sensación de ser un saco de la risa bajo culo inquieto, repitiendo una y otra vez la misma melodía vacía de contenido. Ahora puedo decir que lo más sencillo es escribir por encargo, por el encargo del músculo rojo con conductos poderosos, que no solo bombea sangre, un corazón que te hace decirle al mundo o a una persona, gracias, gracias por aparecer y no desaparecer, por traerme una brújula que señala al norte, y apartar a los fantasmas cual bombilla Philips luz eterna. Las palabras se me quedan cortas con todo lo que me gustaría expresar, si el espacio que necesitaría para escribirlo todo fuera un anuncio de papel higiénico, serían packs de 24 , y no un rollo; si fuera un examen, sería un proyecto de fin de carrera, y si fuera una prueba olímpica, empezaría al unísono del arder del pebetero y terminaría con los flashes del estadio en la despedida. No tendría por qué estar despierto, porque aún dormido mis dedos seguirían pulsando las teclas como máquina de escribir en piloto automático, no tendría que comer, porque la ilusión alimenta más que unos canelones con bechamel, ni beber porque si retara a un camello empachado de agua, acabaría por alejar su joroba en busca de un oasis antes de que yo notara algo de sequedad en la boca.

Escribí amargado y con dolor, escribí con sonrisa clavada por alfileres, escribí corriendo por un prado verde mientras daba volteretas, pero ahora, ahora ya no escribo, solo traduzco a nuestro idioma, lo que mi corazón me dicta. Vengo para pedir un brindis por la ilusión, antes de que se rompa.

3 comentarios:

  1. La razón es una brillante máquina que necesita el combustible del corazón para obtener fuerza.

    Un cordial saludo

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  2. Se ponen los dedos sobre el teclado y el corazón se vacía solito... a veces la ilusión traspasa la pantalla, otras, incluso una lágrima rebelde no te deja ver...
    Alzo mi taza de café para brindar por la ilusión y para seguir encontrando corazones cómplices, aunque sea en el ciberespacio.

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  3. Brindo contigo por todos aquellos dedos que teclean por "pulso-latido" y no con meros impulsos músculo-eléctricos... ¡ Chin-chín !.

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